Luego del terremoto del 27 de Octubre de 1.894, que destruyera las Iglesias Matriz y de San Nicolás en la ciudad de La Rioja, se resolvió por decreto del Obispo Fray Reginaldo Toro, la construcción de un solo templo en el local que tenía la Iglesia Matriz frente a la plaza principal y colocar en ella, como “titular” la imagen del venerado Patrono “San Nicolás de Bari”.